Un recetario por la prevención del Cáncer Colorrectal en
Paraguay
¡Eres lo que comes! Esta misma frase existe en casi todas las
culturas; en todos los idiomas.
Después de tanto tiempo de investigación
contra el cáncer, hemos llegado a la
conclusión de que sí: es de suma importancia lo que comemos para proteger nuestra
salud y reducir las probabilidades de desarrollar distintas formas de cáncer;
muy especialmente, aquella que surge en el colon y el recto: el Cáncer
Colorrectal.
Son muchos los factores que tienen
importancia para llegar a desarrollar esta enfermedad. Pero la alimentación es
uno de los más decisivos.
Muchos médicos naturistas ven el desarrollo
de un cáncer de colon como el intento del cuerpo para sobrevivir por mucho
tiempo; afirman que la naturaleza es sabia, que jamás haría algo en contra nuestra, solamente actuaría a favor de la vida;
que sólo tenemos que aprender a interpretar las acciones sabias de nuestro
cuerpo; que, por lo tanto, tiene poco sentido tratar los síntomas de esta
enfermedad; hay que intentar erradicar sus causas.
Según el libro “El estudio de China” de Colin
Campbell, únicamente existe cáncer donde hay alta
concentración de proteína y grasa animal en las dietas.
Al mantener el consumo de proteína animal
debajo del 5% de la ingesta total en
calorías generalmente no se forma con facilidad el cáncer de colon. Por
supuesto, para esto necesitamos fibras, enzimas, vitaminas y minerales en su
forma más pura y en abundancia. Es decir: tenemos que comer mayormente frutas,
verduras, semillas y hojas verdes en su estado natural ¡crudos!
Si cocinamos deberíamos hacerlo lo más suave posible: al vapor, rehogado, salteado, con hervor y al horno son
las formas de cocción más adecuadas para nuestra cocina de salud. Evitemos las frituras, el asado, las salsas
pesadas y, sobre todo, eliminemos el
microondas de nuestras vidas por completo.
A las grasas animales las reemplazamos con aceites
de olivas de muy buena calidad y en cantidades muy moderadas.
Las mejores grasas que hay en la naturaleza son las grasas
crudas, por ejemplo, del aguacate o de los olivos crudos, sólo madurados en sal
muera.
Hay frutas que contienen naturalmente
grasas cono el açai brasilero o las semillas como el lino el sésamo, o las
almendras y también la chía y las semillitas de girasol y muchos más.
Hoy en día se sabe que hay que consumir
abundantes hojas verdes que son una fuente eterna de salud y juventud.
Pero como somos lo que comemos y comer tiene que dar gusto también, trataré
de darles unas recetas sanas divertidas y ricas, con los mencionados criterios.
La cocina clásica tiene muchas reglas
bastante buenas para lograr resultados óptimos, eso significa: sabores máximos y deliciosos.
Todo alimento tiene un gusto específico y
nosotros, los que cocinamos, tenemos que respetar este gusto usando condimentos
y aderezos que mantienen el carácter de nuestro ingrediente principal.
La condimentación es para favorecer lo que
hay y para intensificar o para suavizar; depende de la ocasión pero nunca para
tapar o engañar.
Lo
que buscamos es armonía y equilibrio en el sabor.
A la mayoría de los nutrientes los
encontramos en la cascara o directo debajo de ella. Por esta razón, conviene
consumir papas, batatas, manzanas, peras y muchos otros alimentos con la cáscara.
Es simplemente una cuestión de hábito.
Si combinamos alimentos crudos con
alimentos cocinados en una de nuestras comidas conviene comer primero lo crudo
y luego lo cocinado. En el caso de nuestro recetario sería, por ejemplo,
primero nuestra ensalada mixta como entrada y luego nuestro guisado de arvejas
frescas con papas.
Deberíamos aprender a consumir frutas
solamente a estomago vacío y no como estamos acostumbrados: de postre.
Las hierbas frescas son excelentes para dar
sabor a cocciones ligeras -como al vapor- pero las agregamos casi siempre al
final de la cocción para no destruir sus nutrientes y lograr un sabor
refrescante y espectacular.
Estas recetas están hechas para 4 personas,
de preferencia, para el almuerzo.
Lo ideal es que toda la familia se sume a esta
aventura de comer cada día un poco más sano.
Peter Stenger, Chef