jueves, 31 de marzo de 2016

"Una semana comiendo súper rico: una semana comiendo súper bien"

Un recetario por la prevención del Cáncer Colorrectal en Paraguay


¡Eres lo que comes!  Esta misma frase existe en casi todas las culturas; en todos los idiomas.

Después de tanto tiempo de investigación contra el cáncer,  hemos llegado a la conclusión de que sí: es de suma importancia lo que comemos para proteger nuestra salud y reducir las probabilidades de desarrollar distintas formas de cáncer; muy especialmente, aquella que surge en el colon y el recto: el Cáncer Colorrectal. 

Son muchos los factores que tienen importancia para llegar a desarrollar esta enfermedad. Pero la alimentación es uno de los más decisivos.

Muchos médicos naturistas ven el desarrollo de un cáncer de colon como el intento del cuerpo para sobrevivir por mucho tiempo; afirman que la naturaleza es sabia, que jamás haría algo en contra  nuestra, solamente actuaría a favor de la vida; que sólo tenemos que aprender a interpretar las acciones sabias de nuestro cuerpo; que, por lo tanto, tiene poco sentido tratar los síntomas de esta enfermedad; hay que intentar erradicar sus causas.   

Según el libro “El estudio de China” de Colin Campbell, únicamente existe cáncer donde hay alta concentración de proteína y grasa animal en las dietas.

Al mantener el consumo de proteína animal debajo del  5% de la ingesta total en calorías generalmente no se forma con facilidad el cáncer de colon. Por supuesto, para esto necesitamos fibras, enzimas, vitaminas y minerales en su forma más pura y en abundancia. Es decir: tenemos que comer mayormente frutas, verduras, semillas y hojas verdes en su estado natural  ¡crudos!

Si cocinamos deberíamos hacerlo lo más suave posible: al vapor, rehogado, salteado, con hervor y al horno son las formas de cocción más adecuadas para nuestra cocina de salud. Evitemos las frituras, el asado, las salsas pesadas  y, sobre todo, eliminemos el microondas de nuestras vidas por completo.

A las grasas animales las reemplazamos con aceites de olivas de muy buena calidad y en cantidades muy moderadas.

Las mejores grasas  que hay en la naturaleza son las grasas crudas, por ejemplo, del aguacate o de los olivos crudos, sólo madurados en sal muera.

Hay frutas que contienen naturalmente grasas cono el açai brasilero o las semillas como el lino el sésamo, o las almendras y también la chía y las semillitas de girasol y muchos más.

Hoy en día se sabe que hay que consumir abundantes hojas verdes que son una fuente eterna de salud y juventud.

Pero como somos lo que comemos  y comer tiene que dar gusto también, trataré de darles unas recetas sanas divertidas y ricas,  con los mencionados criterios.

La cocina clásica tiene muchas reglas bastante buenas para lograr resultados óptimos,  eso significa: sabores máximos y deliciosos.

Todo alimento tiene un gusto específico y nosotros, los que cocinamos, tenemos que respetar este gusto usando condimentos y aderezos que mantienen el carácter de nuestro ingrediente principal.

La condimentación es para favorecer lo que hay y para intensificar o para suavizar; depende de la ocasión pero nunca para tapar o engañar.

Lo que buscamos es armonía y equilibrio en el sabor.

A la mayoría de los nutrientes los encontramos en la cascara o directo debajo de ella. Por esta razón, conviene consumir papas, batatas, manzanas, peras y muchos otros alimentos  con la cáscara.

Es simplemente una cuestión de hábito.


Si combinamos alimentos crudos con alimentos cocinados en una de nuestras comidas conviene comer primero lo crudo y luego lo cocinado. En el caso de nuestro recetario sería, por ejemplo, primero nuestra ensalada mixta como entrada y luego nuestro guisado de arvejas frescas con papas.

Deberíamos aprender a consumir frutas solamente a estomago vacío y no como estamos acostumbrados: de postre.


Las hierbas frescas son excelentes para dar sabor a cocciones ligeras -como al vapor- pero las agregamos casi siempre al final de la cocción para no destruir sus nutrientes y lograr un sabor refrescante y espectacular.

Estas recetas están hechas para 4 personas, de preferencia, para el almuerzo.

Lo ideal es que toda la familia se sume a esta aventura de comer cada día un poco más sano.



Peter Stenger, Chef